Este martes nos encontramos entre las tragedias, los discursos de dolor y los que se muestran indiferentes.
DE LUTO
Las tragedias por las que pasa Guanajuato, es un tema que ya no se debería de tornar de ningún color, donde debería de haber cambios y compromiso, no solamente ahora por definiciones políticas y palabrería que llegue a los votantes.
Este fin de semana se dio una masacre en Salvatierra, 12 jóvenes fueron asesinados por un comando armado, que quería estar en una fiesta privada, se enojaron porque no fueron invitados y eso ocasionó su ira.
Pasaron varios días, pero solamente se escucharon las declaraciones del secretario de Gobierno, Jesús Oviedo, donde se solidarizaba con las familias de las víctimas, quienes además recibían apoyo psicológico.
La Fiscalía del Estado no ha dado a conocer el avance de la investigación, a ciencia cierta no se sabe mucho, es más nada, solamente lo que se puso en las redes sociales, que se “repudiaban” los hechos.
Por parte del Gobierno del Estado se dijo que se llegaría hasta las últimas consecuencias, pero nadie quiere hablar, “ahora no es el momento”, se dice una y otra vez.
En un solo fin de semana asesinaron a 16 personas, en Salamanca y Salvatierra, “hechos lamentables” “condenables”.
Lo mismo que dijeron cuando asesinaron a cinco jóvenes estudiantes en Celaya, “condenamos los hechos”, servirá eso para los dolientes, aquellos que todavía no se explican por qué ya no tienen a su familiar, claro que no.
El fiscal Carlos Zamarripa, en el caso de los celayenses, argumentó que se siguen las investigaciones.
En ninguna de las dos ocasiones hay detenidos, a pesar de los operativos de los tres niveles de gobierno, que ahora sí se tienen que poner de acuerdo para evitar más masacres donde estén involucrados los jóvenes, que nada tienen que ver con los malos.
DESCALABRADO
Surgió de nueva cuenta en Salvatierra, en la administración de Germán Cervantes, la inseguridad ha escalonado día a día, el último caso, la masacre de 12 jóvenes muertos y 11 heridos, a quienes calificó como buenas personas, conocidas por todo el municipio, y que por ello se tenía que llegar hasta las últimas consecuencias.
No se puede dejar de lado que también asesinaron a un regidor panista, Alejandro Lanuza, en pleno centro del municipio.
Otro regidor que saltó desde un segundo piso, el morenista Jorge Luis Zamora, a quienes solamente le pagaron 300 mil pesos del millón de pesos que debía en un hospital privado.
En ninguna de las ocasiones les han dado salida a sus peticiones de investigar bien, nada le ha salido bien, incluso hablando de política esto le pudiera afectar en las próximas elecciones que lo dejaron fuera de la reelección, aunque todavía quiere colocar sus piezas en la planilla.
La solidaridad no solamente es de dientes para afuera.
¿CÓMO DIJO?
En verdad, en algunas ocasiones quienes hacen los discursos deberían de ponerle un poquito de cabeza para no dejar en mal a los funcionarios y que digan una cosa por “ostra”, no vayan a salir como Ernesto Milán, el diputado de Morena, quien dijo “la tierra es de quien la trabaja” como lo dijo Benito Juárez.
A veces deberían de poner filtros y exámenes para que por lo menos sepan un poco de historia.
Reprobado…
Yo este martes me despido como lo que lo que le hizo el aire a Zapata, nos vemos la próxima porque recuerde que el que “no cae, resbala”.
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